Evaluación de Tecnologías para la salud

Evaluación de Tecnologías para la Salud

La problemática

La velocidad del desarrollo científico y tecnológico en el campo de la medicina ha puesto a disposición del Sistema Nacional de Salud, un gran número de tecnologías preventivas, diagnósticas, terapéuticas y de rehabilitación, sobre las que no siempre se conocen los resultados de su efectividad, el impacto en el presupuesto destinado a salud, así como el grado de aceptación que tendrán en la población y cuya incorporación supone un incremento importante en el gasto de las instituciones.

El Sistema Nacional de Salud enfrenta un doble reto: por una parte debe satisfacer la demanda cada vez mayor de tecnologías y servicios en un entorno económico difícil y, por la otra, debe mejorar la calidad, la eficiencia y la equidad de los servicios de salud. En estas circunstancias se debe asegurar que las tecnologías respondan a las necesidades de salud de la población y que su incorporación y uso se lleve a cabo en forma razonada a fin de evitar el dispendio de recursos, el incremento de riesgos, la práctica inadecuada y la deshumanización en la relación médico-paciente.

La construcción de la Evaluación de Tecnologías para la Salud (ETES) como disciplina de conocimiento aparece hace poco más de 30 años, como respuesta a tres problemas crecientes en los Sistemas de Salud de los países tanto ricos como pobres:

  1. Creciente gasto en salud, debido en su mayor parte a la introducción y uso masivo de innovaciones tecnológicas.
  2. Variabilidad de la práctica clínica.
  3. Poco conocimiento sobre la contribución real del uso de tecnologías sanitarias en la mejora de salud de la población.

El cometido de las agencias, instituciones o área de evaluación de tecnologías para la salud es aportar todas las herramientas posibles para identificar la innovación que aporta valor a la salud de los pacientes y de la población en su conjunto, analizando previamente en profundidad las cualidades de dichas innovaciones.

 

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