Evaluación de Tecnologías para la Salud La problemática La velocidad del desarrollo científico y tecnológico en el campo de la medicina ha puesto a disposición del Sistema Nacional de Salud, un gran número de tecnologías preventivas, diagnósticas, terapéuticas y de rehabilitación, sobre las que no siempre se conocen los resultados de su efectividad, el impacto en el presupuesto destinado a salud, así como el grado de aceptación que tendrán en la población y cuya incorporación supone un incremento importante en el gasto de las instituciones. El Sistema Nacional de Salud enfrenta un doble reto: por una parte debe satisfacer la demanda cada vez mayor de tecnologías y servicios en un entorno económico difícil y, por la otra, debe mejorar la calidad, la eficiencia y la equidad de los servicios de salud. En estas circunstancias se debe asegurar que las tecnologías respondan a las necesidades de salud de la población y que su incorporación y uso se lleve a cabo en forma razonada a fin de evitar el dispendio de recursos, el incremento de riesgos, la práctica inadecuada y la deshumanización en la relación médico-paciente. La construcción de la Evaluación de Tecnologías para la Salud (ETES) como disciplina de conocimiento aparece hace poco más de 30 años, como respuesta a tres problemas crecientes en los Sistemas de Salud de los países tanto ricos como pobres:
El cometido de las agencias, instituciones o área de evaluación de tecnologías para la salud es aportar todas las herramientas posibles para identificar la innovación que aporta valor a la salud de los pacientes y de la población en su conjunto, analizando previamente en profundidad las cualidades de dichas innovaciones.
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