La
importancia de la Tecnología en la Calidad de la Atención:
Establecimiento del Comité Interinstitucional
de Tecnologías en Salud
Dr. Enrique Ruelas
Barajas
Subsecretario de Innovación y Calidad
Secretaría de Salud
¿Cuál es la relación
entre tecnología y calidad? La respuesta parecería
ser obvia. No es posible pensar en ca lidad
sin tecnología. Pero, ¿cuáles son los puntos
de contacto entre uno y otro concepto? Lo que yo quisiera hacer en
los próximos minutos, sería demostrar que la capacidad
o la calidad de la atención médica, jamás será un
atributo de está atención que pueda ser alcanzado en
lo absoluto, porque siempre es un juicio relativo; y es un juicio
relativo en el que intervienen expectativas y desarrollo tecnológico.
Así pues, cuando nosotros hablamos de la relación entre
tecnología y calidad, estamos hablando de una íntima
relación indisoluble, en donde existe un concepto al que me
referiré más adelante y que es el de “Frontera
Tecnológica”.
Si no
se considera la frontera tecnológica,
es imposible emitir un juicio lo más objetivo posible sobre
la calidad.
Decía hace un momento, que
la calidad es siempre un juicio relativo en función de dos variables:
uno, las expectativas de quien recibe el servicio y dos, el desarrollo
tecnológico; empiezo por la primera parte. Ustedes saben bien
que cuando hablamos de calidad en la atención estamos hablando
siempre de dos grandes dimensiones. Una, la dimensión de las
percepciones de la gente que recibe el servicio, que es a lo que denominamos
la dimensión interpersonal, tal como la bautizó el Profesor
Donabedian, y en donde esas expectativas definen el nivel de
calidad.
Si mi
expectativa es alta, las probabilidades que tengo de juzgar bien
la calidad, disminuyen. ¿Por qué?
Porque mi expectativa es muy alta. Si mi expectativa es muy baja, las
probabilidades que tengo de juzgar la calidad como buena, aumentan. ¿Por
qué? Porque mi expectativa es baja y cualquier nivel de calidad
o casi cualquier nivel de calidad me puede satisfacer. Pero eso es
en la dimensión interpersonal.
¿Qué pasa en la dimensión
técnica? Siguiendo nuevamente los conceptos del Profesor Don
Abedian. Ahí no tenemos percepciones, ahí lo que tenemos
es una frontera tecnológica, esto es, el nivel de desarrollo
de la tecnología máximo posible en un momento determinado.
Esa es la frontera tecnológica, y de acuerdo con la frontera
tecnológica, sucede algo parecido con el nivel de expectativas,
mientras más nos acercamos a la frontera tecnológica,
tanto en el diagnóstico como en la terapéutica, podríamos
decir que la calidad va siendo cada vez mejor en lo técnico,
y esto nos lleva a una primera definición de la relación
entre tecnología y calidad. Esta la acuñó el Dr.
Williamson, hace ya un buen número de años cuando dijo
que: “La calidad en la atención médica es una relación
entre lo alcanzable y lo alcanzado, entre lo que podríamos hacer
por el paciente y lo que realmente estamos haciendo y en donde lo que
podríamos hacer por el paciente es justamente a lo que denominamos
la frontera tecnológica, el nivel máximo posible de conocimiento
y de aplicación de ese conocimiento para poder resolver o mejorar
las condiciones de salud del paciente”.
Antes
de seguir adelante, y dejando esta definición del Dr. Williamson como punto de referencia,
porque va a ser vital de aquí en adelante, quisiera contextualizar
esa relación entre tecnología y calidad en la atención
médica. No estamos hablando de la relación de tecnología
y calidad en un ambiente neutro, en un espacio abstracto, estamos hablando
en la relación entre calidad y tecnología en organizaciones
de atención a la salud.
¿Qué es lo que distingue a esas organizaciones de otro tipo de
organizaciones y qué características adquiere la tecnología
en ese tipo de organizaciones?
Nosotros
podemos hacer una gran división
en los tipos de organizaciones en función de lo que producen,
y uno puede identificar organizaciones que producen bienes y organizaciones
que producen servicios. Naturalmente, estamos hablando de organizaciones
que producen servicios, pero aún ahí, podemos hacer una
dicotomía y hablar de organizaciones que producen servicios
a objetos y organizaciones que producen servicios a las personas, a
humanos, y la diferencia está en que tanto el servicio que se
produce al objeto como su nombre lo dice, se está haciendo sobre
el objeto mismo; y en las organizaciones que producen servicios a personas,
el servicio se le está dando a la persona en su persona, no
en su objeto. Cuando uno lleva un traje a la tintorería, pues
el servicio se le está dando al dueño del traje pero
en esencia se lo están dando al traje, el que limpian es el
traje no al dueño del traje.
Pero
cuando vamos a un servicio de salud, el servicio sí se le está dando a la persona en
su persona, y este tipo de organizaciones entonces se definen como:
aquellas que pretenden mantener o modificar un atributo personal del
individuo; y con esta definición tenemos varias organizaciones
compartiendo características. Hay dos grandes grupos
de organizaciones que son primas hermanas: las Organizaciones de Servicios
de Salud y las Organizaciones Educativas; las dos son organizaciones
de servicio humano o a humanos.
¿Cuál es el atributo
que se quiere modificar o mantener? Pues en un caso, es la salud y
en el otro caso, es el nivel de conocimiento, las destrezas, los valores,
etcétera. Pero los dos son tipos de organizaciones de servicio
a humano, que son organizaciones de servicio y no organizaciones que
producen bienes.
¿Dónde queda la tecnología en todo esto? En varios puntos.
Hablemos de las características de las organizaciones de servicio a
humanos u organizaciones de servicio humano, como se les conoce de manera coloquial.
La primera
característica,
es que la materia prima de estas organizaciones son los seres humanos,
suena un poco pedestre considerar a los seres humanos como materia
prima, pero a final de cuentas eso es lo que entra en la organización.
Pero fíjense, como lo que entra en la organización para
ser procesado, son seres humanos que entran para recibir un diagnóstico
o un tratamiento o las dos cosas, pero quienes entran a dar también
ese servicio no son máquinas, no son robots, son también
personas, y eso nos lleva a la segunda característica de este
tipo de organizaciones.
Que la
esencia del servicio, está dada
por la relación entre seres humanos. Aquí empezamos a
contextualizar el papel de la tecnología. Esto lo hemos sabido
siempre, de tal manera que no estoy diciendo nada nuevo, simplemente
estoy tratando de enmarcar lo que sigue en los próximos días
en este Foro, y como decía yo, el propósito es simplemente
ubicar el espacio de la tecnología y su relación con
la calidad. Pero decíamos entonces, que en esa segunda característica
radica la primera ubicación de la tecnología en relación
con la calidad.
Si la
esencia del servicio está dada
por la relación entre seres humanos, no debemos pensar jamás
que el servicio lo da la tecnología, y esto parece trivial pero
muchas veces se nos olvida que la tecnología es un auxiliar
para esa relación entre humanos, alguien que usa el conocimiento
y alguien que usa la información que se deriva de cualquier
tipo de tecnología aplicada para resolver el problema de otra
persona. En consecuencia, la esencia del servicio en este tipo de organizaciones
no está dada entre el estetoscopio y el corazón del paciente
o entre el aparato de tomografía y los pulmones, está dada
entre seres humanos.
Una tercera
característica
de este tipo de organizaciones, es que los objetivos no son siempre
fáciles de identificar, simplemente estoy enlistando para identificar
donde estamos en términos de la tecnología, y en nuestras
organizaciones sea un hospital, sea una unidad de medicina familiar,
sea un consultorio privado, sea lo que sea, los objetivos no son tan
claros como en una fábrica de zapatos o de tuercas. En una fábrica
uno puede determinar claramente cuál es el nivel de producción
que uno quiere; con qué nivel de errores; con qué nivel
de rendimiento de los recursos financieros; con qué grado de
eficiencia, y es bastante fácil hacerlo.
Pero
preguntémonos ¿Cómo
se hace esto en un hospital o en un consultorio o en un Centro de Salud?; ¿cuál
es el objetivo? Y si alguien dijera que el objetivo es mejorar la salud
del paciente, pues la siguiente pregunta que tendríamos que
resolver es ¿qué es salud?; ¿qué es salud
para quién?; ¿en qué momento? Y si alguien se
quisiera apoyar, más todavía en la definición
de la Organización Mundial de la Salud, pues tendríamos
que hacerle otra pregunta ¿en qué planeta ocurre eso?;
porque aquí no, aquí no hay completo bienestar físico,
mental y social, en nadie.
Entonces,
si le seguimos escarbando, definir los objetivos de estas organizaciones
no es imposible, pero es mucho más complejo, y si eso es más complejo, la cuarta
característica es que la evaluación es difícil.
Aquí vuelve a conectar la tecnología en este tipo de
organizaciones con la calidad. ¿Por qué? porque evaluar
las tecnologías no se puede hacer si no es en tanto su relación
con el beneficio que produce al paciente. Y si queremos agregarle otra
variable más, pues tendríamos que medirla también
en tanto el costo que se requiere para producir ese beneficio para
el paciente y llegamos a hablar entonces de costo-efectividad. Pero
esa evaluación no es sencilla, ¿cuál es el efecto
buscado?; ¿en qué condiciones?
Finalmente,
la quinta y última
característica de estas organizaciones es, específicamente
de las características de la tecnología que utilizamos
y en todas las Organizaciones de Servicio Humano existe una variable
común: “la tecnología no está totalmente
probada”. Esa es una característica típica de las
organizaciones de servicio humano. Si una plataforma petrolera quiere
explorar el lecho marino a quinientos veintitrés metros con
cincuenta y dos centímetros y trece milímetros, pues
va a entrar hasta ahí, simplemente calibro y llego hasta ahí.
Pero cuando usamos tecnología, para la prestación de
servicios de salud, no es tan fácil y piensen en el ejemplo
que ustedes quieran.
Piensen
en la masa elemental de las placas de rayos X y escuchen decir al
radiólogo o al técnico
radiólogo: “la placa está demasiado penetrada”, ¿qué pasó,
no son expertos? “Bueno si, pero no somos magos.” O piensen
en la talidomida, o más recientemente en el viagra y los efectos
colaterales. Esto es, la tecnología que utilizamos no está totalmente
probada y todavía más, y con esto abro el espectro del
concepto de tecnología que es el que impera en este Foro. Tecnología
no es nada más medicamentos o equipo, tecnología es todo
lo que hacemos a fin de cuentas para aplicar lo que sabemos en beneficio
del paciente, y hay una tecnología todavía más
blanda, mucho menos probada, que es la comunicación que tiene
el médico con su paciente.
¿Cómo comunicarle al
paciente los riesgos de fumar, para que deje de fumar?; ¿cómo
hacerlo?; ¿cómo lo convencemos?; ¿se puede o no
se puede? Eso finalmente es una tecnología. ¿Cómo
comunicarle al paciente que se va a morir?; ¿cómo lo
hacemos? Es una tecnología, lo que pasa es que no siempre estamos
concientes de que eso que estamos haciendo es el uso de una tecnología,
que es la comunicación humana, y lo mismo para en nuestras organizaciones
hermanas, ¿cómo se asegura un profesor de que lo que
está exponiendo se está captando como el supone que se
está captando en la mente de cada uno de sus estudiantes? ¿Cómo
podría saber yo en este instante que lo que estoy tratando de
decir se está interpretando como yo supongo que se está interpretando?
De tal
manera, que ese es el contexto en el cual se da la relación de tecnología y calidad.
En un contexto donde estamos hablando de Organizaciones de Servicio
Humano, en donde la esencia del servicio está dada por seres
humanos y en donde en consecuencia, la tecnología que no está totalmente
probada en todos los casos, interviene en esa relación entre
individuos.
Paso ahora a otra consideración, cuando estamos hablando de
tecnologías también me parece importante hablar de los
tipos de tecnologías, y déjenme hacer una síntesis,
una simplificación, para poner también como telón
de fondo aquellas tecnologías a las cuales me quisiera referir,
no para hablar de cada una de ellas, pero si para tenerlas en mente.
Estamos hablando de Tecnologías Diagnósticas, de Tecnologías
Terapéuticas, de Tecnologías de Comunicación que
tienen que ver con las Tecnologías Diagnósticas y Terapéuticas;
dentro de éstas, estamos hablando de las Tecnologías
de Telecomunicación y finalmente, estamos hablando de Tecnologías
de Información que tienen que ver con la Tecnología de
Toma de Decisiones Gerenciales. Todo esto engloba el gran espectro,
insisto haciendo una síntesis, del uso de los conocimientos
aplicados a la solución de problemas de salud.
En todas
estas Tecnologías
Diagnósticas, Terapéuticas, de Comunicación, de
Telecomunicación y Gerenciales, podemos identificar un espectro
que va desde el grado de desarrollo de la tecnología, hasta
la utilización de esta tecnología y ahí, nuevamente
encontramos el punto de contacto con la calidad.
¿En qué sentido? Abramos el espectro, si no existe la tecnología,
pues evidentemente no la voy a usar, esto por absurdo lo pongo para llevar
a un extremo. Pero si existe la tecnología, lo siguiente es que esa
tecnología este disponible; puede existir y no estar disponible. De
ahí, si la tecnología existe y está disponible, el siguiente
paso es ¿cómo se utiliza?; ¿la utilizo bien, o la utilizo
mal? Entre estos pasos, entre el grado de desarrollo tecnológico y la
disponibilidad; entre la disponibilidad y la utilización hay siempre
decisiones.
La primera
o las primeras son de Índole
Gerencial, la tecnología se ha ido desarrollando y se sigue
desarrollando, pero para que esté disponible tiene que haber
quien decida que esa tecnología este ahí, donde se necesita.
Esto implica, no solamente tener los recursos, si no tomar la decisión
correcta, que era a lo que se refería Adriana hace un momento.
El simple hecho de tener los recursos porque está la tecnología
no necesariamente nos debe llevar a la compra de ese equipo o de ese
medicamento, simple y sencillamente por que se tiene el recurso.
Entonces
entre la existencia de la tecnología y la disponibilidad tiene que haber una decisión
racional o lo más racional posible de carácter gerencial.
Se sigue desarrollando o no se sigue desarrollando. Se compra o no
se compra o qué se compra. Y entre la disponibilidad y la utilización,
las decisiones son fundamentalmente clínicas.
Existe
la tecnología, está disponible,
ahora ¿cómo la utilizo? Ahí está la decisión
clínica; tanto la decisión diagnóstica como la
decisión terapéutica.
En todo
este marco, uno podría
identificar dos grandes escenarios: el escenario absurdo que ponía
yo, en un extremo, la tecnología no existe y en consecuencia
todo lo demás carece de sentido, si no existe pues no es disponible
y si no es disponible pues no se puede utilizar; pero en el otro extremo,
tenemos la tecnología que existe, que está disponible
y que se utiliza. En este otro extremo, hay diferentes posibilidades
y en ese ámbito de posibilidades hay dos grandes posibilidades
que tienen que ver con la calidad. La tecnología existe, está disponible
y es usada apropiadamente o usada inapropiadamente, y ahí está,
justamente el punto de contacto entre la tecnología y la calidad.
Si la tecnología se usa inapropiadamente, no puede contribuir
a la calidad. Y aquí está nuevamente el concepto de Williamson, “la
diferencia entre lo que se alcanza contra lo alcanzable”; Y tiene
que ver con el grado que yo uso apropiada o inapropiadamente la tecnología
disponible, teniendo como punto de referencia la frontera tecnológica.
Otra
consideración que quisiera
hacer, es que partiendo de este análisis de la relación
entre tecnología y calidad, resulta que si ustedes analizan
y no necesitamos más de un segundo para hacerlo, la velocidad
del desarrollo tecnológico quiere decir que la frontera tecnológica
está siempre en movimiento. No es una frontera estática
y si no es una frontera estática, quiere decir que lo alcanzable
no es un punto fijo en el horizonte. Es una línea que se va
moviendo y que se va alejando permanentemente en la medida en la que
se van avanzando los conocimientos y se va haciendo el desarrollo tecnológico
para utilizar ese conocimiento. De tal manera que la calidad entonces,
es siempre un blanco móvil, que nunca se alcanza. Por eso, cuando
he escuchado que alguien dice: “vamos a lograr la calidad total”,
en primer lugar refiere una enorme ignorancia porque calidad total
no significa calidad absoluta, calidad total es una filosofía
que así se bautizó; participativa, de medición,
de mejora continua, eso es calidad total.
Cuando
la gente dice vamos a alcanzar la calidad total, se está refiriendo a una calidad absoluta,
esa no existe. Y no existe porque la frontera tecnológica está en
permanente movimiento y avanza de manera permanente, lo que hoy tengo
disponible, muy rápido se aleja de la frontera tecnológica,
se va quedando.
Lo mismo
ocurre en la otra dimensión,
por cierto. En el momento en que yo logro satisfacer o incluso superar
las expectativas de mi paciente o de mi cliente, en ese preciso instante
la frontera de la expectativa ya se movió. Porque si a mi ya
me satisficieron esa expectativa, de inmediato genero una nueva expectativa.
Así que entonces, volviendo al caso de la calidad técnica
y de la relación de la tecnología, la calidad, vuelvo
a reiterar la frase con la que inicié, es siempre un juicio
relativo. ¿Por qué? porque la frontera tecnológica
siempre se está moviendo.
Ya para concluir, volvamos al caso entre la existencia de la tecnología,
desarrollo tecnológico, la disponibilidad y la utilización.
Decíamos que no podemos hablar de calidad si la utilización
es inapropiada, pero aquí entra un concepto dentro del tema
de la calidad y de la tecnología con enorme fuerza; y es el
tema de los pacientes y yo les diría hoy es el tema internacional.
Es la
enorme preocupación
de todos. ¿Por qué? porque el uso inapropiado de la tecnología
tiene consecuencias no solamente en los costos, que son muy preocupantes,
el desperdicio en estudios, diagnósticos para el paciente es
enorme. El desperdicio que se hace muchas veces en la prescripción
de antibióticos, por ejemplo, innecesarios es enorme. Pero toda
esa consecuencia negativa del uso inapropiado de la tecnología
que afecta la calidad, es incomparable con el enorme daño que
se puede generar al paciente, al grado de poderlo llevar hasta la muerte
por una utilización inapropiada de la tecnología, por
sobre uso o por subutilización.
Quisiera
darles algunos datos. A principios de los años setentas, la oficina de evaluación
de tecnologías del Congreso de los Estados Unidos, estimaba
que alrededor del 70% de las prácticas terapéuticas,
llámense procedimientos o llámense prescripciones, carecían
de fundamento científico, esto es, la frontera tecnológica
se mueve por un lado y la utilización de la tecnología
disponible se mueve por otro.
Por otra
parte, datos mucho más
recientes, nos hablan de los efectos que pueden producirse con el uso
inapropiado de la tecnología y aquí, me refiero a la
publicación que hizo el Instituto de Medicina de los Estados
Unidos en el año 1999, para ser concreto, pero empezaron a tener
efectos de esta publicación a partir del año 2000 y hasta
la fecha en todo el mundo. En esa publicación, cuyo título
es muy elocuente, “Errar es humano”, se cita que en los
Estados Unidos estiman, o por lo menos estimaban en aquel momento,
que fallecían entre 45 mil y 98 mil norteamericanos al año,
como consecuencia de errores médicos y de errores médicos
prevenibles. Esto es, la frontera tecnológica existe, la disponibilidad
de la tecnología está pero el uso de la tecnología
es absolutamente inapropiado.
Finalmente, les diría, en esta relación entre el desarrollo
tecnológico, la utilización y el grado en el que la utilización
es apropiada o no, es indispensable considerar una dimensión
final por ahora, y es que la tecnología per se, particularmente
la tecnología diagnóstica y terapéutica, se empieza
a convertir en un parte aguas, el desarrollo tecnológico no
hay duda, se convierte en parte aguas y cada vez con mayor frecuencia
entre pasado y futuro. Pero también, y permítanme cerrar
el círculo ahora, puede ser un parte aguas entre el paciente
y quienes lo atienden. En el momento en el que no se entiende que la
tecnología es un medio y se acepta como un fin y en ese momento
se rompe la comunicación, se rompe la relación que es
fundamental para que la tecnología terapéutica dura pueda
funcionar en la medida que la tecnología terapéutica
blanda dada por la comunicación del médico, por las sensaciones
del paciente y del médico, no se involucran en el proceso de
atención.
Concluyo
pues, diciéndoles
como empecé, que la calidad es siempre dependiente del uso de
la tecnología y en consecuencia, la tecnología es solamente
un medio muy poderoso, pero un medio a fin de cuentas, para dar servicios
de calidad. Si esto no se entiende y si la calidad se convierte en
un fin en sí mismo, y si la tecnología se convierte en
un fin en sí mismo, perdemos todo el sentido que debe tener
el desarrollo tecnológico, la disponibilidad de la tecnología
y el grado en el que el uso de esa tecnología sea apropiado
o no.
Les agradezco
su atención,
muchas gracias por la invitación Adriana. |