Programa de Acción  Desarrollo de Guías de Práctica Clínica

Los responsables de las instituciones del Sistema Nacional de Salud, tienen que tomar múltiples decisiones relacionadas con la práctica clínica así como con la gestión de los servicios de atención médica y de salud pública.

En el desempeño de la práctica asistencial, el clínico enfrenta una serie de desafíos en relación con: La complejidad y variabilidad de la enfermedad; el gran volumen de información médica disponible; la necesidad de acceso a información científicamente válida: costos cada vez mayores y la participación del paciente en la toma de decisiones médicas.

Tanto los tomadores de decisiones, como los clínicos pueden tener diferentes opiniones sobre el valor relativo de las diversas estrategias diagnósticas y de opciones terapéuticas, por lo que es frecuente observar que frente a un mismo problema de salud varios profesionales elijan abordajes diferentes

 

También se han dado esquemas de variaciones individuales. En general, todos convergen en la búsqueda de determinantes de la variabilidad, la cual puede dar lugar a riesgos diversos desde varios enfoques:

  • Oferta de servicios con recursos y procedimientos variables que producen atención diferenciada, variaciones en la disponibilidad y por tanto inequidad
  • Percepción de calidad muy diversa  en los servicios ofertados y recibidos
  • Falta de claridad para la asignación y distribución de recursos debido a modelos operativos no unificados bajo criterios mínimos de operación
  • Presiones de grupos de interés para la inclusión de nuevas tecnologías
  • Libertad en la elección de conductas y recursos terapéuticos desde una perspectiva anecdótica más que desde la evidencia científica, debido a la dificultad para el acceso a fuentes de información calificada y ordenada para su aplicación operativa, lo que genera modelos de atención con variables múltiples, por lo que los indicadores de impacto son difíciles de establecer.
  • Presiones externas: el profesional conoce el valor de las pruebas o tratamientos, pero el contexto obliga al uso de otros abordajes. No se dispone de la técnica diagnóstica o del tratamiento recomendado, por lo que se utiliza una alternativa.
  • Frente a una incertidumbre de referentes específicos y suficientes, se practica cada vez más la medicina defensiva, que tiene grandes implicaciones éticas, sociales y económicas

Con el fin de reducir la variabilidad inadecuada en la atención médica, en varios países se han desarrollado guías de práctica clínica. Aunque esta denominación se ha extendido a diferentes productos, según el Institute of Medicine (IOM), de los Estados Unidos de América (EUA), la guía de práctica clínica  (GPC) es un conjunto de “Recomendaciones desarrolladas de forma sistemática para ayudar a los profesionales y a los pacientes en la toma de decisiones sobre la atención sanitaria más apropiada, seleccionando las opciones diagnósticas y/o terapéuticas más adecuadas en el abordaje de un problema de salud o una condición clínica específica”. 

México no está exento de esta corriente mundial y durante la presente administración, el Programa Sectorial de Salud (PROSESA) 2007 - 2012  define, en su tercera estrategia, “Situar la calidad en la agenda permanente del Sistema Nacional de Salud” y en la línea de acción 3.3 compromete el impulso a la utilización de las Guías de Práctica Clínica y Protocolos de Atención Médica. En el mismo sentido, la cuarta estrategia del PROSESA busca “desarrollar instrumentos de planeación, gestión y evaluación para el Sistema Nacional de Salud” y en su línea de acción 4.6 compromete la “Integración del Catálogo Maestro de Guías de Práctica Clínica”.

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